Uno de
agosto sirviendo helado de postre,
secando las
lágrimas.
Soltaste un pedazo de vos allá adentro cuando nadie miraba.
Soltaste un
pedazo primordial.
Ahora no
sabes cómo seguir sin eso.
Ramas
resecas se quiebran debajo de las zapatillas.
Nubes grises
de domingo.
Agujas en la espalda.
No lastiman,
no parecen curar.
Dulce árabe
de postre,
sangre árabe
de un día olvidado
en el
invierno.
A los diez
años tus dientes blancos se miraban
en el espejo grande del baño de la abuela
mientras tus hermanas dormían.
en el espejo grande del baño de la abuela
mientras tus hermanas dormían.
Se hornearon
tantas cosas, se perdieron, se murieron debajo de la mesa ovalada.
Te
escondiste ahí. Olía a madera y a licor.
Te partiste
en dos y la tierra se abrió a pesar tuyo.
Los dolores
de otros se hacen hondos,
se vuelcan en el viento de agosto
se vuelcan en el viento de agosto
se hacen tierra que entra y sale de lo oscuro.
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